¿Qué es el vaginismo? Una descripción de cómo reconocerlo y tratarlo
En Chile se calcula que un 17% de las mujeres ha padecido esta disfunción sexual que les impide tener relaciones sexuales. ¿Cómo tratarlo?
Escrito en: Consciente, Saludable, Vida & Comida, Actualidad | Escrito por: Magda Poulsen
Es una disfunción de la que poco se comenta, pero es un problema más común de lo que se creer, que genera vergüenza y acompleja a muchas mujeres, pero que sin embargo con un tratamiento adecuado puede solucionarse.
El vaginismo consiste en una contracción involuntaria de la musculatura del tercio externo de la vagina, frente al intento de penetración vaginal.
Odette Freundlich, kinesióloga experta en sexualidad de la Universidad de Chile ha atenido más de 1800 casos de mujeres con esta disfunción. Explica que ésta “no sólo se manifiesta en la musculatura de la vagina sino que además en el abdomen, los glúteos y los músculos abductores frente al intento de penetración vaginal o al acercamiento a la zona vaginal que se produce por temor al dolor como una reacción de reflejo”.
-¿Existen cifras en torno a la cantidad de mujeres que padecen de vaginismo?
En general no existen cifras al respecto, ya que es un problema del que no se habla y en nuestro país no hay grandes estadísticas . Sin embargo, se ha estudiado a partir de las mujeres que asisten a centros hospitalarios de sexualidad que el 17% de ellas tiene vaginismo.
-¿Cuáles son sus causas?
Existen diversos factores que pueden estar detrás del miedo a la penetración vaginal o consumación del acto sexual. Algunos de ellos son una carencia de educación sexual o haber tenido una educación muy restrictiva, causas religiosas (pensamientos de culpa), pensamientos erróneos frente a la penetración o frente al dolor, temor al sangramiento o ruptura del himen o pensar que se tiene una vagina muy pequeña y podría ser extremadamente incómodo o doloroso, además de temor al embarazo, entre otros factores.
Según la kinesióloga, en nuestro país el trauma sexual o abuso sexual no es una de las causas principales que provoca esta disfunción.
-¿Qué efectos tiene esta condición en las mujeres?
El vaginismo provoca miedo o fobia a la penetración de todo tipo. En muchos de los casos las mujeres que padecen de esta disfunción se sienten frustradas, “bichos raros” o poco mujeres. Es una sensación angustiante que tiene consecuencias físicas y psicológicas. Entre ellas la angustia ante la no consumación del acto sexual o imposibilidad de quedar embarazadas y miedo a ser examinadas por su ginecólogo. Además de afectar severamente su vida sexual en pareja.
Una de las pacientes atendidas por Freundlich comenta en su testimonio en la web: “Sentía que era algo que solo me pasaba a mi, no me sentía una mujer normal y esto empezó a afectar todos los aspectos de mi vida”
Algunos de sus síntomas son el temor a asistir a una consulta ginecológica, a introducirse o utilizar tampones, una desconexión del área genital con el resto del cuerpo y el temor a la penetración vaginal. “Son mujeres que en general, nunca se han mirado o explorado la zona genital, nunca se han introducido un dedo en la vagina” explica Freundlich.
-¿Cómo debe tratarse?
Esta es una disfunción que no se resuelve sola, necesita de un tratamiento multidisciplinario ya que sus causas son multifactoriales. Afecta la parte psicológica y la parte física, por lo que tiene que ser tratado desde el punto de vista físico y emocional, donde intervenga un kinesiólogo experto en sexualidad, un sexólogo experto en el tema y el médico tratante o ginecólogo. En general son aproximadamente 10 sesiones con el kinesiólogo, 10 con el sexólogo más una evaluación con el médico tratante una vez por semana.
-¿Se puede prevenir?
Si, a través de una educación sexual asertiva, eliminando todos los mitos y pensamientos erróneos frente al dolor de “la primera vez”, los pensamientos dramáticos sobre el rompimiento del himen y el sangramiento y los pensamientos culposos de que el acto sexual es algo malo. Por lo que una educación sexual adecuada y además una difusión seria del tema para que las pacientes se informen podría ser parte de una prevención adecuada.
“No sacamos nada con tratarlo solamente desde el punto de vista psicológico, sino que tenemos que acceder al área genital, aprender a visualizar y a reconocer esta musculatura que está apretada y cómo relajarla. Aprender a no tener miedo a la penetración, aprender a desensibilizar estas zonas, a tratarlo como si fuera una fobia. Tenemos que ir haciendo una desensibilización sistemática, cambiar los pensamientos erróneos y aprender a cómo conectarnos con esta zona para aprender a cómo relajar la musculatura” comenta Freundlich.
-¿Qué rol tiene la pareja en el tratamiento?
La pareja de la paciente es incorporada en varias sesiones para que aprendan ciertos ejercicios y puedan colaborar y hacerse partícipe de la evolución del tratamiento. En la fase final de este se usan dilatadores de diferentes tamaños para ir perdiendo el miedo y después se les enseña cómo tener este encuentro sexual con indicaciones absolutamente precisas.
Fuente: womewn-talk
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